El Reto
En la UE, el sector de la acuicultura da empleo a alrededor de 39.000 personas y produce aproximadamente 1,3 millones de toneladas de pescado y marisco cada año con un valor de 4 mil millones de euros.
En un esfuerzo por reducir la demanda de poblaciones de peces de bancos naturales, la reforma de la Política Pesquera Común realizada en 2013, instó a los Estados Miembros a aumentar sus niveles de acuicultura sostenible. Sin embargo, el crecimiento de este sector se ha mantenido relativamente estable desde el año 2000, (Nielsen y Motova, JRC, informes científicos y sobre políticas (2014). Resultados económicos del sector acuícola de la UE (CCTEP 14-18). Comité Científico, Técnico y Económico de Pesca (CCTEP).
Uno de los factores que limitan el desarrollo de la acuicultura es el alto coste económico de los efectos de las floraciones de micro-algas nocivas (HAB) y patógenos en la salud humana, el turismo, la industria y la confianza empresarial.
Para que se produzca el crecimiento sostenible del sector de la acuicultura, es necesario que el marisco que se comercialice sea seguro para el consumo humano y que se reduzca la mortalidad de los peces de acuicultura al mínimo.
En aguas europeas, varios géneros de fitoplancton producen floraciones de algas nocivas (siglas en inglés HABs) que afectan negativamente a la acuicultura de peces y mariscos. Algunas floraciones de algas nocivas producen biotoxinas naturales que pueden acumularse en el marisco que se alimenta mediante el filtrado y que afectan posteriormente a los consumidores humanos. Otras también pueden matar a los peces de acuicultura debido a las toxinas, daños físicos o desoxigenación.
La seguridad del marisco también se ve afectada por diversos riesgos microbianos incluyendo norovirus y otros patógenos responsables de enfermedades en los consumidores de productos contaminados y por riesgos emergentes como Vibrio parahaemolyticus que tiene el potencial de acumular tetrodotoxina en bivalvos.
Aunque la prevención de estos eventos dañinos (en general) no es posible, la alerta temprana puede permitir tomar medidas de mitigación para salvaguardar la salud humana y las actividades comerciales. El futuro cambio impulsado por el clima de estos impactos en la acuicultura no se ha evaluado aún de forma completamente fiable y por eso, se llevará a cabo durante este proyecto.